20 MINUTOS – CON LICENCIA PARA TOCAR, Jam Session - Barcelona

20 MINUTOS – CON LICENCIA PARA TOCAR

Titulados en rock y música moderna: con licencia para tocar


* Frases destacadas:

· Tras décadas de lucha, la escuela Jam Session de Barcelona se convertía en 2014 en el primer centro con licencia para expedir titulación superior de Rock.

· Pese a la exigua situación de la formación de música moderna en España, algunos expertos reconocen «avances» hacia un modelo más profesional y abierto.

· Los alumnos denuncian la ausencia de enseñanza pública y los precios de la privada, lo que les empuja a continuar sus estudios en el extranjero.

 

· ARTÍCULO:

Los riff lisérgicos de Black dog  (Led Zeppelin)  adquieren nuevos colores y aristas al ser diseccionados en las aulas de la Jam Sessión de Barcelona, el único centro en España con capacidad para expedir títulos superiores (equivalente a la antigua licenciatura o al actual grado)  en Rock. Un proyecto burbujeante que inició su andadura hace unos meses y que embrolla nombres de asignaturas solemnes —la mayoría, coincidentes con las que imparte el Conservatorio, establecidas por «decreto ley»— pero desmelenadas por la indisciplina del órgano psicodélico de Jon Lord (Deep Purple) y la electrónica experimental  y primigenia de Jean-Michel Jarre (la carrera también abarca nuevas tendencias y músicas urbanas).

«Durante mucho tiempo solo la música clásica y, recientemente, el jazz, que imparten algunos conservatorios y escuelas reconocidas como el Esmuc de Barcelona, estaban reguladas en el ámbito universitario. Nuestros alumnos demandaban una titulación enfocada a la música que de verdad suena en la calle y que es la que tocan en sus bandas», explica Luis Blanco, director de la Jam Session. Además del reconocimiento como estudio superior, el experto subraya los beneficios de profundizar en tendencias como la fusión «que hoy gobierna la música actual y que, si no se estudia, puede acabar en confusión».  O el introducir en la materia de Sonología a la música electrónica, la que, al fin y al cabo, «es el futuro» y la que más salidas laborales ofrece.

«Estudiar rock te permite innovar sobre él», opina Marc Galindo, uno de los apenas treinta alumnos que han logrado ingresar en el primer curso del título de Rock.  Porque el acceso es «complejo» e implica estar en posesión del grado profesional de música que otorga el Conservatorio o aprobar un examen que acredite esos conocimientos. También, superar audiciones y pruebas teóricas y, por último, tener una economía saneada (cada crédito cuesta entre 85 y 125 euros y la carrera completa consta de 240 créditos).

En Bilbao, donde la referencia para los que deseen titularse en música actual es Musikene —enfocada sobre todo al jazz—, el centro MrJam ofrece una alternativa: la preparación para el Rock School, un reconocimiento de estudios musicales que se articula desde Gran Bretaña y funciona en diferentes países europeos. «España va por detrás de Europa, donde la música moderna se puede estudiar en la Universidad pública. Aquí, lo más cercano son las titulaciones de jazz que otorgan algunos Conservatorios o centros privados como Musikene que cuentan con respaldo de la administración», lamenta Íñigo Corcuera, el director de MrJam, cuya escuela imparte estilos como el rock, el jazz o el rap, este último un género «cuya ejecución puede ser muy compleja si se hace bien», incide Corcuera.

Pese al vacío educativo, que empuja a muchos alumnos que desean especializarse en música moderna en España a estudiar en el extranjero o a desembolsar grandes cantidades de dinero en centros privados que no abarcan toda la amplitud de los géneros actuales, Corcuera admite que se están «dando pasos» en la buena dirección con iniciativas como la de Jam Session. Y que las autoridades educativas comienzan a mostrar una actitud más favorable a la profesionalización de los músicos que no tocan clásica.

Pero la lucha continúa. En esa batalla se encuentra la Escuela de Música Creativa de Madrid, que pese a su pequeño tamaño es una de las referencias en la capital (como prueba, el hecho de que la semana pasada fuera escogida por la Fundación Cultural Latin Grammy para albergar una de sus masterclass de la mano de los artistas Diana Navarro y Carlos Jean). El centro otorga un título propio cuyo nivel educativo equivaldría al grado profesional (medio) de música. Hoy aspira a ofrecer estudios superiores, algo para lo que la Administración le exige asociarse con una Universidad, entre otras cosas. En sus aulas, niños y mayores estudian música moderna y jazz con un sistema que, alumnos y responsables, describen como «motivador» y «muy diferente» de la rigidez que suele regir al Conservatorio.

En la misma ciudad, la Universidad Alfonso X el Sabio (UAX) marcó un pequeño hito en 2013 al estrenar la carrera de Interpretación Musical de Música Moderna que se detiene, sobre todo, en estilos como el jazz, el pop y el flamenco, aunque también aborda géneros como el góspel y todo tipo de instrumentos musicales. Se trata de la única institución en España que imparte este tipo de estudios dentro de una Universidad propiamente dicha (frente a las escuelas superiores). Su curso escolar ronda los 9.000 euros.

Si la anterior ofrece la posibilidad de obtener un título universitario, la prestigiosa y elitista escuela estadounidense de Berklee —el sueño de todo estudiante de música que se precie y la cuna de músicos como Quincy Jones o Diana Krall— ofrece desde 2011 la posibilidad de estudiar en Valencia cursos de posgrado. El productor Javier Limón se encarga de coordinar una de sus prolongaciones, el Mediterranean Music Institute, que organiza clases y actividades en torno a las músicas mediterráneas para el alumnado. ¿Las diferencias respecto a otros centros? Amén de unas pruebas de acceso complejísimas y unas mensualidades astronómicas (así como un activo programa de becas), un profesorado conformado «por músicos que adoran su profesión y son capaces de transmitir en sus clases su entusiasmo», afirma Limón. El artista también destaca un sistema educativo muy alejado del clasicismo que impera en los Conservatorios.

«El sistema educativo español es malo y en música, aún peor. El Conservatorio lo normal es que te frustre y que te haga odiar la música. Quien lo aguanta es como si hubiera pasado por Vietnam»,  opina Limón, antiguo estudiante de estos centros, que los acusa de ser «nefastos, contar con profesorado desmotivado y seguir líneas obsoletas y anticuadas» que impiden el aprendizaje real. «En Berklee la gente entra para dominar un instrumento y aprende de verdad», explica antes de destacar la amplitud de recursos de dicho centro gracias a las donaciones privadas. Antes de terminar, un último recado: «En España la enseñanza pública debería liderar la enseñanza de la música. Desgraciadamente, eso no es así».

 

La Universidad de la calle

Los artistas Diana Navarro y Carlos Jean protagonizaron la pasada semana una masterclass convocada por la Fundación Cultural Latin Grammy en la Escuela de Música Creativa de Madrid sobre las salidas laborales de los músicos.
Los artistas Diana Navarro y Carlos Jean protagonizaron la pasada semana una masterclass convocada por la Fundación Cultural Latin Grammy en la Escuela de Música Creativa de Madrid sobre las salidas laborales de los músicos. Las marcas son los mecenas del siglo XXI Mientras Diana Navarro relató sus inicios gracias a los concursos musicales, algunos de los cuales ganó y le abrieron puertas, Carlos Jean subrayó la importancia de utilizar la creatividad «no solo para componer o interpretar, sino para lograr alcanzar a la gente». Además de considerar importante utilizar técnicas de márketing para darse a conocer, destacó el papel de «mecenas del siglo XXI» que hoy en día realizan las empresas y las marcas en la música. «Las marcas tienen una necesidad imperiosa de llegar a la gente joven y la música es una de esas vías. Colaborar con ellas no es prostituir la música», indicó antes de defender que la libertad artística queda a buen recaudo con esas empresas que, por lo general, no se entrometen en los detalles musicales como sí hacen los sellos discográficos.

 

Dentro de las aulas

 

Marina Lledó:

Estudia: Piano, lenguaje musical y armonía en la Escuela de Música Creativa de Madrid.

Una frase: «Los que queremos estudiar música moderna y tener un título oficial en España lo tenemos difícil, no hay formación pública para nosotros y las escuelas o la Universidad Alfonso X el Sabio que dan esa titulación superior, no están al alcance de todos los bolsillos. Creo que la formación es importante: hace que un intéprete se convierta en músico».

Manu Mundéjar:

Estudia: Canto y composición en la Escuela de Música Creativa de Madrid.

Una frase: «Fui estudiante de piano del Conservatorio. Allí te enseñan cosas muy útiles pero no incentivan el desarrollo de la creatividad, más bien todo lo contrario. Elegí mi escuela actual porque te permiten una interpretación más libre. Mi sueño sería estudiar en Berklee. Supongo que es el sueño de todos».

 

Angelo Flavio Guerriero:

Estudia: guitarra y lenguaje musical en la Escuela de Música Creativa de Madrid.

Una frase: «La formación es fundamental si quieres llegar a ser buen músico; si la meta es el éxito, tal vez lo que necesites no es tanto formación como suerte y otros elementos. En España hay un vacío en educación musical de canto moderno. Las escuelas deberían prestar más atención al márketing».

 


 

* Fuente original del artículo: http://www.20minutos.es/noticia/2457038/0/titulados/rock/musica-moderna/

 

* Página original del artículo / En formato periódico: Ver página

 

 

 

 

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