Publicado el 1 de diciembre de 2014
Barcelona estrena la primera carrera universitaria de este género. Habla el creador de la Escuela.
Por: ZULMA SIERRA |
12:10 a.m. | 30 de noviembre de 2014
Hasta hace muy poco el rock se aprendía en la calle y se nutría de ella para romper esquemas. Lo mismo ocurrió en su momento con el jazz o el blues y, por supuesto, sería imposible entender el hip hop o el rap sin el ingrediente urbano.
La academia y la industria también aportan a la evolución de cada género musical y, por eso, un grupo de profesores de la Escuela Jam Session de Barcelona, con 17 años de experiencia en la materia, decidió que ya era hora de dotar a los estudiantes de herramientas que les permitieran producir sus creaciones, así como investigar y generar conocimientos. En definitiva, crear una universidad dedicada a los nuevos géneros musicales a partir del rock.
La Escuela Superior de Música Jam Session abrió sus puertas en julio de este año y, aunque en septiembre ya inició clases con algunos estudiantes, será en septiembre del 2015 cuando arranque con el total de alumnos que pasen las pruebas oficiales de selección que se llevarán a cabo en mayo.
Aquí podrán optar por tres carreras universitarias: Interpretación, Pedagogía y Sonología, todas en el ámbito del rock, las músicas urbanas y las nuevas tendencias.
La carrera tiene un valor aproximado de 20.400 euros (cerca de 55 millones de pesos para los cuatro años).
Hasta ahora, lo más parecido era el título universitario en jazz y música moderna. El director de la escuela, Luis Blanco, habla con pasión de este proyecto y, por supuesto, de la música como arte en constante evolución:
Si los nuevos géneros musicales se hacen en la calle, ¿por qué una facultad especializada?
Porque estamos en el siglo XXI. En España, el jazz y la música clásica son títulos universitarios y nadie se queja, la gente lo tiene asumido. Seguramente dentro de 50 años a la gente le parecerá normal que haya un título de rock. Entiendo que los países latinos somos más de conservatorio y los anglosajones son más vanguardistas. Conservar es demasiado importante, pero la universidad debe aportar mucha investigación y avance.
¿Para qué serviría el título?
El título superior sirve para darle estabilidad al músico, en el sentido de que puede dar clases u homologar su carrera en cualquier otro país. Un título superior también ofrece dignidad a los que no tenían titulación… En el siglo XX el rock se tocaba en las calles y ahora necesitas permiso para tocar en cualquier esquina. Las leyes y las normas han cambiado, tenemos que adaptarnos y crear formas de mantener nuestra pasión por la música. La universidad aglutina pensamiento, talento e inquietudes similares y eso hace que avancemos más fácil.
¿La industria musical también vive estos cambios?
¡Claro! Con el siglo XX acabó una forma de entender la música y también una industria. Lo que conocíamos como industria musical está en transición y se mueve hacia una mayor interacción entre público y artista. El nuevo disco de Björk, por ejemplo, lo puedes bajar con una aplicación y actuar como productor, haciendo cambios en las canciones y subiendo tus nuevas creaciones a las redes sociales. Esto no es algo ajeno al artista porque se está prestando para que interactúes.
¿Entonces el ‘rock’ no ha muerto?
No, porque el rock no es una música, es una actitud, una forma de entender la vida. Entendemos como rock una idea de transgresión. Aquí vamos más allá de las partituras e intentamos interpretar qué quiso decir cada artista en un tiempo y un lugar determinados. Se contextualiza el rock, más allá de ser una manifestación musical.
¿Y eso se enseñará en la facultad?
Por supuesto. En el primer año de la carrera el estudiante aprenderá cómo nació el rock, cuáles son sus músicas derivadas y sus principales precursores; en el segundo, dominará varios instrumentos pero tendrá que ser virtuoso en uno principal; en el tercero, investigará nuevos formatos y herramientas como aplicaciones o tabletas y en el cuarto, se dedicará a su proyecto final.
¿Qué será? ¿Un disco?
Desde el primer año están grabando y produciendo pero en esta fase final les pedimos que presenten ante un tribunal europeo cómo es su proyecto en general, cómo lo van a vender y cómo lo van a hacer rentable en el siglo XXI. En estos años se ha generalizado la idea de que la música es gratis y esto ha sido un error, porque hemos dado al traste con la industria y con muchos puestos de trabajo.
¿Hay que ser músico para entrar a la facultad?
Hay que tener formación musical, porque para entrar a cualquier grado superior de música debes haber pasado ya por el grado elemental y medio de música. Si no tienes esta formación existe una prueba oficial, y una vez superada, puedes apuntarte a la carrera. También tienes la posibilidad de hacer un PAS (Programa de Acceso al Superior) para preparar la prueba. Una vez matriculado, te esperan cuatro años de estudios que te dan una titulación con 240 créditos reconocidos en toda Europa.
¿Cómo se evalúa el aporte personal de cada músico?
El aspecto artístico es subjetivo, pero para eso hay un tribunal externo que evalúa los exámenes y las pruebas para que ningún profesor que te haya dado clase juzgue tu trabajo.
¿Para qué aprender música?
No solo se aprende música para hacer música, sino para desarrollar tu intelecto, para pensar de otra manera, para organizar y coordinar mejor las ideas.
Analógico y digital
La escuela española Jam Session tiene equipos de producción de última generación y equipos analógicos que los mismos profesores han aportado de su patrimonio. El multipistas de bobina con el que grabaron Tina Turner, Freddy Mercury o Frank Sinatra convive con un órgano Hammond de los años 60 o un Clavinet D6 como el que tocaba Stevie Wonder.
ZULMA SIERRA
Para EL TIEMPO
Barcelona.
*Aclaración: Jam Session no se hace responsable de las interpretaciones libres e independientes que los medios de comunicación puedan expresar sobre nuestros contenidos originales.
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